UN ICEBERG CON MUCHO CALOR por @Natty_RM

Cómo se supone que voy a explicarle a la gente que cuando no hablo, la mayoría de veces significa que siento tantas cosas que ni siquiera puedo explicar, si al menos pudiera encontrar la forma de explicarle al mundo que el amor me ha sido tan esquivo, por eso decidí cerrarle la puerta hace ya bastante tiempo.

He intentado explicar de una y mil formas que no se trata de ser insensible, fría, seca o callada, estamos hablando de intentos fallidos por decirle casi a todos los hombres que han pasado por mi vida, que en verdad si los he querido, que si algunas veces no hablo, no miro o incluso no pestañeo ante lo que para muchas mujeres sería digno de alabar, no es por ausencia de sentimientos sino por falta de coordinación entre mi lengua y mi corazón.

Soy de las que piensa que se ama intensamente una sola vez en la vida, aunque volvamos a querer una y otra vez, la intensidad del primer amor es irrepetible, porque no hay miedo, la desconfianza es inexistente, y siempre creemos a ciegas en las primeras experiencias.

Sin embargo, generalmente el primer amor nos marca de por vida, volvemos a vivir, a amar, pero todo el tiempo estamos con el presentimiento de que más tarde o temprano este nuevo personaje también la embarrará. Es cierto esta forma de pensar no es sana, pero no neguemos que es la realidad y ante ella no se puede correr, o si quiera intentar escapar.

Tommy Torres, en una canción titulada “Corazón Remendado”, hace una descripción perfecta o más bien la mejor explicación para todos aquellos que han pasado por mi vida, y aseguran haber encontrado al más duro de los icebergs: “Si no te digo lo que siento, te hace daño mi silencio, perdóname, es que no sé cómo explicarle a un corazón tan remendado que esta vez es diferente, que se desprenda del pasado”.

A veces cuando salgo con alguien la primera vez, no estoy en actitud antipática, creída o lejana del contexto, como aseguran muchos, en verdad muchas veces tengo tanto miedo por no decir las cosas correctas, o actuar de forma equivocada, y lo que es peor estoy tan atemorizada que siempre tengo una mirada seria, penetrante y hasta mis cejas sufren un movimiento involuntario algo brusco.

Si bien mis palabras no son amplías o de tanta profundidad como muchos esperan, también es cierto que a veces una caricia, una mirada o un detalle algo insignificante, demuestra lo que llevo dentro, por ende, este es un grito muy fuerte para aquellos que consideran indispensable escuchar de mi frases significativas, y ante ese requerimiento sólo puedo decirles que en mi cotidianidad está el gran amor que deseo expresar y el miedo no me lo permite por más que lo intente.

Jamás he buscado un anillo, les tengo pavor, ni un juramento que haya que firmar, sólo he querido hallar a alguien con quien sienta confianza de no hablar tanto y sentir más.

***

@Natty_RM Periodista, aprendiz de estrategias web, bloguera, amante de la tecnología, fanática del fútbol, y del séptimo arte. Fan #1 de Apple.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Me pasa muy parecido, yo tampoco puedo coordinar mi corazón con mi boca para hablar, pero considero que uno siempre se enamora más y mejor que la anterior vez.

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